Situación explosiva entre Hezbolá e Israel, al borde la guerra abierta
El partido de Hassan Nasrallah ha introducido masivamente drones en el campo de batalla y ha disparado más cohetes hacia el interior del territorio israelí.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su preocupación por el riesgo de un “conflicto más amplio” entre Israel y Líbano “con consecuencias devastadoras para la región”.
Su advertencia se produce después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declarara el 5 de junio, durante una visita a la frontera con Líbano, que Israel está “preparado” para una “operación muy intensa” tras el intenso lanzamiento de cohetes por parte del grupo islamista. El número 2 de Hezbolá respondió que si el Estado hebreo decidía prolongar la guerra contra Líbano, sólo vería “devastación, destrucción y desplazamientos”.
En los últimos días, las amenazas mutuas entre Hezbolá e Israel han dado lugar a una escalada cualitativa y cuantitativa sin precedentes sobre el terreno. La potencia de fuego desplegada por Hezbolá no tiene parangón desde el comienzo de los enfrentamientos hace ocho meses.
El partido de Hassan Nasrallah ha introducido masivamente drones en el campo de batalla y ha disparado más cohetes hacia el interior del territorio israelí. En mayo, Hezbolá llevó a cabo 280 ataques, y la media diaria pasó de seis operaciones en abril a diez en mayo y desde principios de junio.
“Mientras prosigue el intercambio de disparos en torno a la Línea Azul, el Secretario General insta una vez más a las partes a un alto el fuego urgente", declaró el portavoz de Antonio Guterres, Stéphane Dujarric, en un comunicado. “Estos intercambios de disparos podrían desencadenar un conflicto más amplio con consecuencias devastadoras para la región", advirtió.
La parte chiita utiliza con más frecuencia misiles pesados al-Burkan y Falaq, que llevan una gran carga explosiva, causando graves incendios en Galilea y destrucciones generalizadas, sobre todo en Kiryat Shmona, Metulla, Shlome y Margaliot.
Israel por su parte utiliza drones y aviones de combate, con los que ha intensificado sus ataques y están yendo mucho más allá de la línea del frente. Según Human Rights Watch, el ejército israelí está utilizando municiones incendiarias y fósforo blanco, reduciendo a humo miles de hectáreas de bosques y huertos en el sur de Líbano.