Haití: la fuga de miles de criminales ilustra el poder creciente de las bandas
Puerto Príncipe se ha paralizado este lunes y las autoridades han decretado el estado de emergencia y el toque de queda
RFI entrevistó a César Niño, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad La Salle (Bogotá), sobre la situación que vive Haití tras la fuga de miles de reclusos en un ataque pandillero. Puerto Príncipe se paralizó este lunes y las autoridades decretaron el estado de emergencia y el toque de queda. Por su parte, la ONU y la comunidad internacional se inquietan por el futuro de ese país.
En Puerto Príncipe, las escuelas y los bancos se mantienen cerrados. Los habitantes evitan salir a las calles. La comunidad internacional urge hacer algo por Haití, "dar apoyo financiero a la misión multinacional de seguridad", insistió la ONU, ante el peligro de que sus habitantes terminen gobernados por las bandas criminales.
Con el asesinato del ex presidente Jovenel Möise en 2021, Haití entró en un nuevo ciclo de violencia. Este sábado 2 de marzo, bandas armadas dieron un golpe a la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe, la más importante del país, y a la prisión de Croix des Bouquets. Miles de reclusos se escaparon, entre otros, delincuentes comunes, jefes de bandas, hasta los acusados por el asesinato del ex mandatario. El gobierno haitiano teme un vertiginoso aumento de actos criminales ante la fuga de esos miles de prisioneros.
Esta escalada de violencia se explica por una historia reciente marcada por autoritarismos y dictaduras, dijo a RFI César Niño, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad La Salle en Bogotá.
"En este momento Haití presenta una de las formas de crimen y violencia más desbordadas del mundo. Esto tiene que ver con los enclaves autoritarios y con los enclaves dictatoriales de hace algunas décadas y que, por supuesto, se materializaron con el magnicidio del expresidente Jovenel Moïse en 2021. Haití hoy comparte su gobernanza y su soberanía entre instituciones oficiales legítimamente constituidas y grupos criminales que incluso se han logrado hacer una legitimidad en la población haitiana.
Las instituciones han tenido que ceder buena parte de sus funciones constitucionales a funciones criminales. Es decir, el crimen ha hecho lo posible por reemplazar al Estado haitiano en todas sus dimensiones", sostiene César Niño.
Para luchar contra la violencia crónica que azota al país, Haití ha pedido reiteradas veces la ayuda internacional. Kenia se dispone a enviar policías, con apoyo de la ONU. No obstante, una intervención extranjera también tiene sus peligros, nos recuerda este especialista.
"Una intervención militar agudizaría aún más el problema. Esto llevaría a que hubiese una guerra civil de mayor prolongación y desbordada de las fronteras haitianas. Yo no sabría decirle por el momento cuál puede ser la solución.
Pero si puedo citarle una de las visiones más consensuadas: la de que los haitianos deben asumir el control de su país y que las intervenciones militares extranjeras llevan a que se agrave aún más el problema. Tenemos muchos ejemplos que las intervenciones militares lo que hacen es desbordar, agravar la situación y, por supuesto, dejar a la ciudadanía como un blanco fácil entre criminales y operaciones militares extranjeras, precisamente porque los derechos humanos estarían aún más en riesgo", concluye el profesor César Niño.
Las pandillas, que controlan gran parte de Puerto Príncipe, atacaron además el aeropuerto internacional y edificios policiales. "Estamos vigilando con gran preocupación el rápido deterioro de la situación de seguridad en Haití", dijo a la prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby.
Más temprano este lunes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se declaró "muy preocupado" por Haití y reiteró su llamado a "una acción urgente, especialmente para dar apoyo financiero a la misión multinacional de seguridad" respaldada por Naciones Unidas, según su portavoz, Stéphane Dujarric.