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¿Te estresa el sexo? Podrías tener una conducta ansiosexual

Estas señales podrían indicar que el estrés está afectando tu sexualidad

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¿Te estresa el sexo? Podrías tener una conducta ansiosexual
A algunas personas el estrés le quita el deseo sexual. (SHUTTERSTOCK)

Si el sexo te estresa, te provoca ansiedad o una sensación de incomodidad podrías estar atravesando un período de ansiosexualidad. Contrariamente a lo que podría pasarle a otros, a algunas personas el estrés le quita el deseo sexual. Cuando el resto de tus actividades no marchan bien, no tienes la cabeza para pensar en el sexo.

Señales a tener en cuenta

Cualquiera puede tener un mal día y por la noche llegar sin ganas ni deseo sexual. El problema es cuándo esta situación se hace rutinaria y tu líbido directamente desaparece. Pero hay otro grupo de ansiosexuales a los cuales los afecta aún más: conforme va llegando la noche y la posibilidad de encontrarse con su pareja, esa situación les genera ansiedad, estrés y mucho nerviosismo. El sexo termina convirtiéndose en algo que ese grupo de personas ve como un problema y no como algo placentero.

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Claro que esto, además, podría traer problemas a aquellos que están en pareja. No solo al ansiosexual, sino al compañero o compañera que dudará sobre lo que sucede entre ambos e incluso podría sentirse no deseado cuando posiblemente el problema no tenga que ver con esto.

Algunas consecuencias concretas

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El ansiosexual no solo sufre el malestar y la incomodidad constante, sino que además puede sufrir consecuencias físicas. En el caso de los hombres, podría derivar en disfunciones sexuales. En el caso de las mujeres, podría generar diversos problemas derivados de la ansiedad propia de enfrentarse a algo que en teoría debería ser un motivo de disfrute.

Cómo resolverlo

Está claro que no hay soluciones mágicas, y la primera indicación será siempre la de recurrir a especialistas. Un sexólogo podría ayudarte y en tal caso derivarte con un psicólogo. Pero tu también puedes tomar terapias alternativas que busquen relajarte, como la meditación o el Yoga. Y aunque te genere una incomodidad, nunca dejes de lado la opción de poder conversar sobre estos temas con tu pareja. En la otra persona podrías encontrar una palabra de apoyo que te oriente en la búsqueda de una solución.

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