Ficciones científicas
La diferencia entre la ciencia y la ficción se ha ido borrando a lo largo de los años... ya no ocurren avances científicos que no hayan sido anticipados
Cuando Leonardo da Vinci elaboró sus diseños de aparatos y equipos futuristas, su intención no fue incursionar en el terreno de la ficción. Su propósito, obviamente obstaculizado por las limitaciones tecnológicas de su época, era esbozar creaciones que suponía podían llegar a ser funcionales en la realidad.
Julio Verne, en cambio, al reseñar la aventura del viaje submarino, no intentaba confeccionar los planos de un navío capaz de navegar bajo las aguas. Su objetivo era producir una obra de ficción, atractiva para sus lectores.
Ambos, da Vinci y Verne, han sido reconocidos por la posteridad. El primero como un genio científico y polifacético. Y el segundo como un genio literario al que se honró dándole el nombre de Nautilus al primer submarino movido por energía atómica.
La diferencia entre la ciencia y la ficción se ha ido borrando a lo largo de los años, al punto de que se dice que ya no ocurren avances científicos que no hayan sido anticipados por autores de ficción. Hoy en día, la posición del género literario de la ciencia ficción se ha consolidado, especialmente desde mediados del siglo pasado con la bomba nuclear, los cohetes y naves espaciales, y la difusión del conocimiento acerca de la existencia de objetos invisibles por su pequeñez o su lejanía.
Pero aún después de esa transformación, las recompensas económicas no llegaron rápidamente para los escritores de ciencia ficción, e inicialmente sólo unos pocos alcanzaron fama y fortuna. Las principales casas editoriales eran renuentes a publicar obras de ese tipo, prefiriendo obras de ficción más apegadas al mundo convencional. Tanto era así, que la mayoría de los autores de ciencia ficción tenían que publicar sus trabajos en revistas, lo que restringía la extensión de los textos. Para acomodar narraciones más largas, debían segmentar los textos para esparcirlos entre varios números de la revista, e incluir en los episodios subsiguientes al primero una breve sinopsis de lo sucedido anteriormente.