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Por la inmortalidad: Bayer Leverkusen enfrenta a Atalanta en final de la Liga Europa

La Liga Europa le ha deparado momentos dramáticos al Leverkusen esta temporada

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Por la inmortalidad: Bayer Leverkusen enfrenta a Atalanta en final de la Liga Europa
El técnico de Bayer Leverkusen Xabi Alonso celebra con el trofeo de campeones de la Bundesliga, el sábado 18 de mayo de 2024, estará buscando el Trofeo de la Liga Europa este miércoles. (AP/MICHAEL PROBST)

El Bayer Leverkusen está a dos partidos de la inmortalidad en el fútbol europeo.

Los flamantes campeones de Alemania disputarán dos finales de copa en cuatro días — la primera será el miércoles en la Liga Europa contra Atalanta — para completar una asombrosa temporada invicta en competiciones domésticas e internacionales.

El sábado, el Leverkusen será el abrumador favorito en la final de la Copa Alemania ante un Kaiserslautern que finalizó 13ro en la segunda división, muy cerca de caer en los playoffs de descenso.

Entonces, el gran desafío para el equipo del técnico Xabi Alonso es el partido número 52 de 53, en Dublín, frente a un Atalanta que ha cerrado la temporada pisando fuerte.

“No es una cuestión de dos días de trabajo. Llevamos todo el año trabajando para esto”, dijo Alonso el martes. "Los jugadores están preparados y listos para mañana. Tengo la sensación de que será igual. Nada cambiará. Y tengo la confianza de que podemos ganar”.

La Liga Europa le ha deparado momentos dramáticos al Leverkusen esta temporada.

Tres veces en seis partidos en la fase de eliminación directa, el conjunto estuvo perdiendo 2-0 en el tramo final del segundo tiempo, e incluso abajo en los descuentos: en ambos duelos de octavos contra Qarabag y en la vuelta de las semifinales ante la Roma.

También mantuvieron a flote el invicto en Europa cuando visitaron a West Ham en los cuartos de final. El Leverkusen parecía encaminado a clasificarse con el resultado del marcador global, pero precisó de un gol a los 89 minutos del lateral derecho Jeremie Frimpong para igualar 1-1 y seguir invicto.

“No queremos esperar hasta los últimos segundos del partido”, dijo el atacante checo Patrick Schick, cuyos tres goles en los descuentos ante Qarabag en marzo, para avanzar 5-4 en el global. “Queremos que se entienda, hay que sentenciar temprano”.

Otros grandes clubes europeos añadieron el trofeo de la prestigiosa Liga de Campeones tras conquistar el título doméstico, a diferencia de un Leverkusen que aspira por el segundo torneo en importancia del continente.

De todas formas, lo del Manchester United en 1999, Inter de Milán en 2010, Barcelona en 2011 y Manchester City el año pasado era anticipado. Cada uno de esos equipos empezó su temporada con planteles repletos de luminarias y con técnicos de renombre — Alex Ferguson, Jose Mourinho, Pep Guardiola — quienes ya se habían consagrado en múltiples competiciones.

Esta fue la primera temporada completa de Alonso al más alto nivel. Su equipo estuvo penando con el descenso la pasada temporada. No ficharon a ninguna estrella durante el verano.

“Soy muy joven en mi carrera de entrenador, me han pasado muchas cosas en año y medio”, admitió el entrenador español de 42 años. “Hemos tomado muchas decisiones correctas. La confianza en la que sabemos cómo jugar es muy grande. Este es el momento, la última semana. Es algo que realmente disfruto”.

Alonso se coronó dos veces en la Liga de Campeones como un sobrio volante en Liverpool y luego con el Real Madrid, que enfrentará al Borussia Dortmund por el título de la actual edición de la Liga de Campeones.

Ambos finalistas provienen de ciudades provinciales, cada uno con más de 100 años de historia, y han tenido sus momentos de gloria. Acumulan tres trofeos entre los. Atalanta ganó la Copa Italia en 1963, mientras que el Leverkusen atrapó la Copa UEFA de 1988 — precursora de la actual Liga Europa — y la Copa de Alemania en 1993.

Aunque el Leverkusen perdió ante el Madrid en la final de la Champions en 2002 y Atalanta estuvo a minutos de acceder a las semifinales de 2020, ninguno realmente se codea entre los grandes de Europa.

Sus modestos estadios en Leverkusen y Bérgamo tiene una aforo combinado de 51.000 que llenaría el recinto de la final en Dublín, que previamente era conocido como Lansdowne Road. Para una final europea, el límite oficial es de 48.000.

Se trata de dos clubes muy bien gestiones que dependen de ser sagaces en el mercado de pases, si bien con el respaldo, respectivo del gigante farmacéutico Bayer y Steve Pagliuca, codueño de los Celtics de Boston.

Pero tanto el Leverkusen y Atalanta, con Gian Piero Gasperini como técnico de 2016, ofrecen un estilo vistoso de juego.

“Te marcan hombre a hombre en toda la cancha”, dijo Schick sobre Atalanta. “Donde te pongas, ahí te saldrá un defensor. No te dejan respirar”.

Bajo la batuta de Gasperini, Atalanta ha sido una bocanada de aire fresco y tienen asegurada su participación en la próxima Liga de Campeones.

Pero lo que ha hecho el Leverkusen no es norma, y una leyenda estaría a unos días de ser concebida.

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