Desolación y miseria en la carretera internacional en la frontera domínico-haitiana
La desolada carretera se mezcla con la tristeza que reflejan los niños haitianos
Javier Genao
En la desolada carretera internacional que une a Haití con la República Dominicana, el deterioro permanente se mezcla con la tristeza que reflejan los niños haitianos, una imagen que persiste por décadas.
Desde la zona limítrofe, Sandy Familia nos presenta un sombrío panorama. La carretera, vital para la conexión entre el sur y la línea noreste de la República Dominicana, se pierde entre las montañas haitianas, sumida en años de desgaste sin solución a la vista. Las condiciones actuales parecen igualar o, incluso, superar las ya preocupantes de hace varios años.
Los residentes haitianos que habitan en esta zona fronteriza se encuentran atrapados en la espiral de la miseria. Niños, semidesnudos y descalzos, emergen de todas partes para abordar los vehículos en busca de limosnas, ilustrando un ciclo de necesidad que parece no tener fin.
La carretera internacional se convierte así en un testigo silente de la difícil realidad que enfrenta esta comunidad.
Seguridad
A lo largo de la carretera internacional se ha observado un notable aumento en la presencia militar. Siete puntos de chequeo, operados por el Ejército de República Dominicana, marcan esta importante vía de comunicación.
Estos chequeos militares se han convertido en una realidad para quienes transitan por esta carretera vital. Con el objetivo de fortalecer la seguridad en la región fronteriza, las fuerzas armadas dominicanas han desplegado estos puntos de control estratégicos desde la creación de la vía.
Javier Genao