La Constitución no supera amenazas
En su 179 aniversario, resurgen voces que piden que el texto supremo no responda a intereses particulares
A las 10:53 de la mañana de ayer, 6 de noviembre, sonó el mallete del presidente del Tribunal Constitucional que dio inicio a la audiencia solemne con la que se conmemoraba el nacimiento de la Constitución dominicana, proclamada 179 años antes en la misma provincia que acogía a los magistrados: San Cristóbal.
Tras los saludos protocolares al Presidente de la República, que le acompañaba en la audiencia, a la procuradora general, Miriam Germán Brito y demás personalidades presentes, el presidente del Tribunal, Milton Ray Guevara, pronunció un discurso de unos 25 minutos que acaparó el rol del día.
Con énfasis fustigó el hecho de que a la Constitución se le vea como un problema, sobre todo si no se ajusta a los deseos o intereses de algunos sectores. En esa visión de intereses particulares radica, a juicio de muchos, el que la carta magna de los dominicanos sea una de las más modificadas en toda la Región de las Américas. A la fecha cuenta 39 modificaciones desde su promulgación en el año 1844. Pero las amenazas no cesan, y cada tanto surgen intentos de nuevos cambios.
Son esos intentos los que ayer motivaron los comentarios que diversas personalidades que coincidieron en exclamar que la Constitución dominicana no requiere de más reformas y que, si algún aspecto debiera modificarse, no tendría que ser en lo inmediato.
No más modificaciones
En su devenir histórico, se cuentan hasta dos modificaciones en un mismo año, como ocurrió en febrero y diciembre de 1854, o alteraciones anuales por ocho años seguidos, como se cuenta entre 1874 al 1881, y entre 1959 al 1963.
La última versión de cambio a la Constitución data de 2015, pero desde entonces se ha puesto el tema de un nuevo texto en varias ocasiones, siendo la última, la propuesta del presidente de la República, Luis Abinader, cuyo objeto era la consolidación de la independencia del Ministerio Público.
“La democracia, la lucha contra la corrupción y la separación de poderes no pueden depender de la buena voluntad de un presidente”, decía el mandatario en agosto de 2021, cuando anunció que ese mismo año propondría una reforma constitucional.
“A la Constitución dominicana en estos momentos no hay que modificarla en lo absoluto”, señaló la exjueza del Tribunal Constitucional, Katia Miguelina Jiménez, que se dice partidaria de que a esa ley no se le esté tocando constantemente. Recordó las 39 modificaciones que se han hecho en el país y dijo que la mayoría ha sido relacionada con la reelección presidencial, por lo que, -entiende- se debe superar ya la tendencia a tocar la Constitución solo con propósitos reeleccionistas.
Jiménez no ve la necesidad de más reformas y, si bien habría que cambiar la configuración del Consejo Nacional de la Magistratura para que el Procurador General de la República no sea parte del mismo, ese es un aspecto que debe y puede esperar.
Para el presidente del Instituto Duartiano Wilson Gómez, la Constitución que ahora tienen los dominicanos es más que suficiente y no requiere nada “por cuanto todo está establecido”.
“A mí no me gusta mucho la línea de modificación constante y permanente al texto constitucional, pues la experiencia es que casi siempre esas modificaciones responden a intereses muy particulares”, enfatizó.
Gómez cree que en el país están dadas las condiciones para que, desde todos los ámbitos, se pueda hacer una buena aplicación del texto supremo, el que -dijo- se basta a sí mismo y tiene todo previsto.
Como lo indicó Ray Guevara en su alocución de ayer, Gómez no cree que en República Dominicana el problema sea de lo que dice su Constitución, sino el procurar personal que responda a las exigencias que se plantean.
Los abogados constitucionalistas Cristóbal Rodríguez y Naseff Perdomo, en entrevista con Diario Libre, plantearon aspectos que entienden deben modificarse en la Constitución dominicana. Entre ellos la composición del Consejo Nacional de la magistratura, el voto de arrastre o que un gobernante pueda modificarla para beneficio propio. Rodríguez ve la necesidad de que se unifiquen las elecciones presidenciales y legislativas con las municipales, para evitar el exceso de gasto en las campañas y el riesgo de perturbaciones políticas. A decir de Perdomo, los textos constitucionales son herramientas que deben ser adecuados a la realidad que rigen para que puedan ser efectivos, por lo que deben reformarse cuando surja la necesidad.