París recupera la obra de Hélène Roger-Viollet, pionera del fotoperiodismo
París, 16 mar (EFE).- Hace más de 35 años que la empresaria Hélène Roger-Viollet, fundadora de la agencia de fotografía que lleva su nombre y pionera en retratar la Guerra Civil española, fue asesinada por su marido en un crimen que conmocionó a París y silenció su trabajo, reivindicado ahora en una exposición.
'Durante toda su carrera de fotógrafa, que llevó en paralelo a la gestión de la agencia, ella nunca quiso destacarse y, de hecho, nunca firmaba sus fotos. Era necesario sacar su trabajo de la sombra porque no ha sido reconocido en su justa medida', dice a EFE Gilles Taquet, comisario de la muestra en la galería Roger-Viollet.
Hélène Roger Viollet (1901-1985) creció viendo a su padre, un ingeniero químico aficionado a la fotografía, haciendo preparaciones para sus imágenes.
Pero la joven había decidido dirigir su carrera a la prensa escrita, lo que la llevó a Andorra en 1936 junto a su marido, Jean Fisher, con quien trabajaba en un reportaje sobre las vacaciones pagadas.
La pareja se vio sorprendida por los primeros españoles que atravesaban los Pirineos huyendo de la Guerra Civil, que acababa de comenzar, lo que cambió también sus planes: atravesaron de forma clandestina la frontera y cubrieron el inicio de la contienda en Cataluña.
Fueron los primeros extranjeros en difundir imágenes de la guerra en España.
Al año siguiente, Roger-Viollet compró una pequeña tienda en la orilla izquierda del Sena en la que comenzó a vender fotografías que iba comprando junto a Fischer, remontándose también a los orígenes de este arte en el siglo XIX.
Hoy, esta agencia cuenta con un fondo de seis millones de imágenes, uno de los más importantes del mundo.
VIAJES POR TODO EL MUNDO
'Ella era la propietaria de la agencia y una mujer inteligente, feminista, que si bien no se comprometió políticamente tenía la voluntad de mostrar que una mujer podía ser alguien capaz de dirigir', añade Taquet.
Para ampliar los fondos de su empresa, ella y Fischer viajaron durante 30 años por todo el mundo componiendo un fondo suplementario de 60.000 fotos, que firmaban únicamente con una inicial, lo que sin duda contribuyó a que el talento de Roger-Viollet se diluyera entre las miles de fotografías que ofrecían.
Sus desplazamientos por Tanzania, India, México, Cuba (donde cubrieron la revolución), Estados Unidos, España y una larguísima lista de países han sido sintetizados con una muestra de 50 fotografías tomadas por la creadora, en las que se aprecia su mirada singular, su sentido del encuadre y de la iluminación.
'Se formó sola, influida por grandes fotógrafos humanistas pero sin reivindicarlo puesto que nunca frecuentó a contemporáneos como Henri Cartier-Bresson. Constituyó una obra sin darse cuenta de sus propias influencias', señaló el experto.
Trabajaba con una cámara Rolleiflex 66 y entablaba conversaciones con las personas que cruzaba, una empatía que se aprecia a primera vista en las imágenes.
Una mañana de enero de 1985, los empleados de la agencia encontraron a Fischer cubierto con su propia sangre en su apartamento de la Rue des Beaux Arts, a pocos metros de la tienda en pleno centro de París.
Había asesinado de forma salvaje a Hélène Roger-Viollet para tratar después de quitarse la vida.
Aunque intentó maquillar el crimen de suicidio, la mentira no convenció a la policía. Fue encarcelado y se suicidó en prisión antes incluso de ser juzgado.
Taquet destaca la incomprensión que sigue despertando este crimen casi cuarenta años después.
El brutal final de la pareja eclipsó en parte el trabajo de toda una vida, que ahora y hasta finales de abril, está por primera vez en el foco de la escena fotográfica de París atrayendo a un público numeroso.
Un éxito que se explica también por el cierre de todos los museos en Francia, clausurados desde octubre por las restricciones de la pandemia, pero que ha dado un mayor eco al trabajo de esta galería privada y a la figura precursora de Roger-Viollet. EFE