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Universidades: entre baja inscripción y suspensiones laborales

Estiman matrícula caerá entre un 15 y un 40 por ciento por efecto de la pandemia

Empleados administrativos que no pueden laborar de forma virtual se encuentran suspendidos

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Universidades: entre baja inscripción y suspensiones laborales
La Universidad del Caribe (Unicaribe) suspendió a 208 de sus 711 empleados, debido a la crisis generada por la pandemia de coronavirus. (FUENTE EXTERNA)

La crisis generada a raíz de la pandemia de coronavirus provocará una baja en la matriculación de estudiantes en las universidades, que, mientras dure la emergencia sanitaria, se estima en entre un 15 y un 40 por ciento. Así lo afirmó el presbítero Alfredo de la Cruz Baldera, presidente de Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU), al reconocer que esta situación ha generado una nueva realidad financiera para las Instituciones de Educación Superior (IES) a nivel mundial.

“Las universidades se verán en la necesidad de hacer importantes inversiones no programadas. Este nuevo escenario que combina la educación virtual y la presencial, motivará a las universidades a crear nuevas propuestas de programas y de modelos de evaluación y de enseñanza – aprendizaje”, explicó el también rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).

Como una forma de aliviar la carga económica a los estudiantes, muchos de los cuales también se encuentran en situación de suspensión laboral por la crisis, el rector de la PUCMM expuso que en las academias de altos estudios del país han tomado una serie de medidas, que incluyen la creación de un programa de descuentos para los pagos de primera cuota, balances pendientes, costos del ciclo académico 2020 y pagos de crédito educativo con varias deducciones.

Lejos de significar un ahorro para los costos operativos de las universidades, la virtualidad ha obligado a estas academias a realizar inversiones que permitan el desarrollo eficiente y exitoso de las clases a distancia.

“En términos económicos, la implementación de la docencia virtual ha supuesto la inversión y fortalecimiento de la plataforma tecnológica junto a la incorporación de nuevas herramientas que aseguren docencia de calidad. Así como, en licencias de softwares, equipos para los docentes, laboratorios virtuales y preparación de tutoriales en línea para docentes y estudiantes”, explicó De la Cruz Baldera.

De igual forma, las universidades han modificado el horario del personal para extender el servicio y brindar apoyo al estudiantado de manera continua, además de incurrir en la producción de nuevo material académico, adecuación de espacios físicos, adoptar rigurosos protocolos sanitarios para el acceso, la higiene y la permanente desinfección de sus espacios, entre otras estrategias.

Situación del personal docente y administrativo

La mayoría de los maestros de las universidades siguen vinculados a sus instituciones pues, a pesar de la baja en el número de estudiantes inscritos, la docencia no se ha interrumpido, gracias a la implementación de las clases a distancia a través del uso de recursos tecnológicos.

No ha sido el caso, sin embargo, para una gran parte del personal administrativo de estas instituciones, que, al no poder laborar de forma remota, por ser su servicio de naturaleza presencial, se encuentra en estado de suspensión temporal de sus contratos de trabajo, mientras otros han sido cancelados.

Tal es el caso de Nilda Sánchez (nombre ficticio), ex empleada de la Universidad del Caribe, (Unicaribe), quien afirmó que, a raíz de la pandemia, esa institución académica procedió a la suspensión de los contratos de trabajo de la mayoría de su personal administrativo. “Inicialmente suspendió por 3 meses, luego por un mes y finalmente por 2 meses para un total de 6 meses de suspensión que concluye el 9 de octubre”, explicó Sánchez.

Sostuvo que durante los 4 meses de suspensión que terminaron el 9 de agosto, el personal de Unicaribe, además de no devengar sus salarios, permaneció sin derecho a los servicios básicos de salud y sin la posibilidad de acceder a los programas de ayuda del Gobierno.

Preguntado al respecto por DL, el rector de Unicaribe, José Alejandro Aybar Martín, explicó que la universidad tiene 711 empleados, de los cuales alrededor de 208 se encuentran suspendidos, pues en estos momentos la matrícula actual es menos del 55 por ciento, y aun así deben continuar cumpliendo con todos los gastos fijos.

“Lamentablemente 711 empleados no se pueden sostener en una institución que no está en una operación plena, entonces a eso es que se debe la suspensión. Hemos cumplido con todo lo de la ley, como ordena el Ministerio de Trabajo”, aseguró el rector.

Dijo que las suspensiones están autorizadas por el Ministerio de Trabajo, sin embargo, estos empleados no están acogidos al programa Fase.

Aybar Martín señaló que ha llegado a establecer acuerdos con algunos de los empleados suspendidos: “Lo que hemos hecho es que aquellos que estén interesados se les está dando sus prestaciones laborales, para que con ese dinero ellos puedan solventar los gastos de los próximos meses, y cuando volvamos a la normalidad poderle recontratar”.

La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) explicó que actualmente la universidad solo tiene como personal suspendido aquellos que, en virtud del cierre de las universidades por el estado de emergencia, no pueden por el momento prestar servicios ni virtual ni presencialmente.

“Este personal se les incluyó en el sistema Fase y reciben un bono adicional por parte de la Institución”, explicó la entidad a través de su departamento de Comunicaciones.

Docencia virtual

Alfredo Martínez (nombre ficticio) es maestro de Historia de la Cultura Universal en una de las universidades del país, y afirma que el proceso de adecuar el contenido de su asignatura, así como de impartir clases virtuales ha sido para él muy difícil, además de significar una mayor carga de trabajo.

“El proceso ha sido bastante difícil porque yo no tenía absolutamente ninguna experiencia de trabajar online. Tuve que aprender a la carrera a manejar algunas plataformas”, explica el docente, de 74 años.

Dijo que utiliza el servicio de mensajería instantánea Whatsapp para comunicarse con los estudiantes, pero, contrario a lo que se podría pensar, la carga de trabajo es mucho mayor con la docencia a distancia.

“Es muy complicado...yo tenía, por ejemplo, 32 estudiantes y yo tenía que estar corrigiendo constantemente los trabajos que ellos me presentaban en la plataforma...el volumen de trabajo es mucho mayor”, afirmó.

De igual forma destacó que impartir docencia virtual representa un mayor gasto para él, al tener que realizar un mayor consumo de energía eléctrica e internet.

Alfredo manifestó que, debido a la carga de trabajo que representan las clases a distancia optó por impartir una sola sección de clases el pasado semestre, por lo que sus ingresos también se han visto mermados, al igual que el de otros colegas, cuyas secciones ni siquiera se habilitaron por la baja cantidad de estudiantes inscritos.

De su lado, una maestra de la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), que prefirió hacer reserva de su nombre, explicó que tras el inicio de la pandemia y la adopción de las clases presenciales sus ingresos han disminuido, pues ahora tiene menos secciones de clases.

“En mi caso me ha afectado en la carga académica, tengo menos secciones, pero tengo más alumnos...con una sección que pueden hacer tres, ellos han hecho una, entonces estoy trabajando más y me están pagando menos, con relación a lo que es la carga”, explicó.

Expuso que en esa institución académica también han tenido que suspender docentes y personal administrativo: “Ellos comenzaron la cancelación de maestros desde el semestre pasado, por la situación que estamos viviendo”.

En cuanto a las clases virtuales, la docente sostuvo que, como la UAPA siempre ha tenido la modalidad semi presencial, no ha tenido tantos inconvenientes con la adecuación del contenido a la modalidad a distancia.

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